martes, 27 de octubre de 2009

En el desierto

Este pasado fin de semana he tenido la oportunidad de visitar el desierto por primera vez.

Sisso, su madre y yo nos unimos a un tour organizado y nos fuimos a visitar dos de las grandes atracciones turísticas de Siria: El Crac de los Caballeros, y Palmira.

El Crac de los Caballeros es una mole fortificada de los cruzados desde la que se lanzaban campañas para la reconquista de Tierra Santa. El enclave así como la arquitectura convirtieron a este castillo en modelo tanto defensivo como ofensivo para nuevas fortificaciones en Europa. Está en la lista de la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

También en esa lista está Palmira: La formidable ciudad romana en el desierto. La inmensidad del desierto ya sirve para recompensar por la distancia del viaje. Al final del mismo, ver el oasis y las elegantes columnas y templos de Palmira parece un espejismo.

Nos hospedamos en el hotel Cham en el mismo sitio arqueológico. No sólamente disfrutamos del privilegio de ver el sol ponerse sobre las ruinas, sino que pudimos pasear por la noche entre sus columnas. En fin, una visita inolvidable. Probamos los dátiles y bailamos con los beduínos.

Volveremos.

lunes, 19 de octubre de 2009

Paisanaje Corniche

Un paseo tempranero por la Corniche (el paseo marítimo de Beirut) es el equivalente libanés a una visita nocturna a Piccadilly Circus de Londres o a Times Square de Nueva York un rato antes de que abran los teatros. En La Corniche se pueden ver una serie de personajes que para bien o para mal no abunda en otros lugares, ni siquiera en el vecindario regional.

Por ejemplo, a las 8 de la mañana se puede contemplar a un sigular biotipo de "andantes compulsivos", que con el chándal puesto, y normalmente en parejas, se afana por recorrer la calle a la máxima velocidad posible, pero sin levantar ambos pies del suelo al mismo tiempo. Y es que aunque parezca mentira por su crueldad, lo cierto es que hay muy pocos lugares en esta ciudad en los que se pueda pasear (o correr) sin que la polución de los coches atasque las fosas nasales.

Hay grupos de amiguetes que se colocan la mesa de playa, los termos de café, los arguillehs, y las sillas, y pasan el rato fumando y contando historias. (Ojo, ¡a las 8 de la mañana!).

También hay parejas de, diría yo, funcionarios que parece que van al trabajo, pero no les falta brío al caminar. Normalmente van en parejas del sexo opuesto y se deben de contar cosas divertidas porque no paran de sonreir. ¿Y el trabajo? Ah, eso puede esperar :)

Por último, en las cercanías de la Universidad Americana de Beirut, se prodigan algunos tipos atléticos que a tan temprana hora ya andan sin camiseta haciendo flexiones, abdominales, etc.

En fin, un paseo bastante interesante. Espero haber desatascado mis fosas nasales para poder aguantar que me rocíen los tubos de escape por la tarde...

jueves, 15 de octubre de 2009

ITV

La vida puede sin duda ofrecer momentos más dulces que ir a pasar la Inspección Técnica de un Vehículo (ITV). El secreto para que no te amarguen el día es ir con buena compañía y ganas de pasarlo bien. Imagino que los toreros tienen una técnica similar cuando entran en la oficina.

Así que con buen humor agarré a Sisso y nos fuimos a pasar la ITV del coche. He aquí las conclusiones de esta experiencia:

  1. El taller de la ITV está escondido en un barrio un tanto caótico y gris. Encontrar el moderno taller entre tanta fábrica ruinosa y naturaleza salvaje es como descubrir una pirámide maya en la selva de Chiapas.
  2. Hay una cola kilométrica para... ¡hacer fotocopias! Sí, ese viejo juguete de funcionarios de todo el mundo en el Líbano hace estragos. ¡Funcionarios, el paraíso está aquí!
  3. Después de hacer las correspondientes fotocopias de los documentos pertinentes, se entra en una especie de Parque de Atracciones de la Función Pública donde se entrega la docena de documentos necesarios para la inspección del vehículo. Hay dos colas: Una, con cientos de individuos, está reservada a los hombres, y la segunda, con sólamente 2 ó 3 personas, está reservada a las mujeres. En la cola de los hombres suele predominar el biotipo del afilador de cuchillos de toda la vida, con el carromato en la puerta (limusinas había pocas). Las mujeres, aunque el tamaño muestral no sea representativo, es sin embargo más variado; de hecho había una chica que parecía que iba a ir a una discoteca, con vestido de lentejuelas y sandalias a juego.
  4. Llegamos a la fase clave: El test del vehículo, en cuya ejecución participan escrupulosos técnicos que aparte de dormirse al volante del coche mientras la máquina trajina los neumáticos, suele saldarse con una felicitación o condolencia, que el usuario asume como quien lee los números premiados de un sorteo.
  5. Por último, el perímetro de la ITV está salteado con talleres muy variopintos, especializados en tubos de escape, en baterías... incluso hay talleres en los que venden matrículas. Es más, como las matrículas son muy largas, se cotizan al alza las matriculas con números más cortos o fáciles de memorizar...

Por cierto, sí, pasamos la ITV.

martes, 13 de octubre de 2009

Fiesta en la embajada

12 de Octubre, Día de la Hispanidad. Por algún motivo que escapa a la lógica de este tipo de acontecimientos, el destino me envió a la recepción oficial que con motivo del día de la Hispanidad ofreció el Embajador Don Juan Carlos Gafo Acevedo y su Señora. Debo reconocer que el evento estuvo por encima de mis humildes expectativas. Lo más destacable de la noche, aparte de toparme con los miembros de una tuna universitaria "disfrazándose" en un callejón oscuro en los aledaños de la embajada, fue ver a todos los caballeros y damas de la alta sociedad invitados al ágape, deborar los pinchos de jamón ibérico, compitiéndo por la atención del charcutero que repartía esa suerte de "oro morado" tan típico de nuestras costumbres.

El Embajador tuvo unas muy finas palabras para los españoles en el Líbano, pero en cuanto dijo Viva España, el paisanaje se volvió a volcar con pasión en la degustación del jamón. Naturalmente el jamón estaba acompañado de tortillas a la francesa (un 4), queso manchego curado (un 7), otros derivados del ibérico bastante aseados (chorizo, salami), y una paella que aunque no la probé por no mancharme la corbata, un teniente coronel Valenciano declaró estar bastante buena (tómese esta opinión con cautela a pesar del gentilicio, ya que la comida de cuartel suele tener pocas estrellas en las Guias Michelín).

Había también algunas mezze (tapas) y vino libaneses, pero a la sombra de los productos hispanos.

En fin, feliz Día de la Hispanidad.

lunes, 12 de octubre de 2009

Vendiendo un coche

Habiendo sido protagonista reciente de la venta de un coche en España, había llegado a creer que ya estaba todo inventado en el mundo de la compraventa de automóviles: el concesionario, el compraventa, el anuncio en el periódico, la subasta en internet, la venta al amiguete, el trueque, etc.

Pero ayer una compañera estudiante de mis clases de árabe me comentó cómo había vendido su coche. Según ella, iba conduciendo tranquilamente por las apacibles calles de Beirut :) cuando un tipo se le cruzó en la carretera y la conminó a parar. Superada por los acontecimientos, así lo hizo, para averiguar que este sujeto le quería comprar el coche y que su presupuesto era de X mil dólares.

Mi amiga se fue a ver a unos compraventas y llegó a la conclusión de que le estaban ofreciendo un precio muy generoso. Y fue así que decidió vender.

Pregunté a mis conocidos si este tipo de operación era normal. Y me dijeron que sí, que incluso es normal que le dejen a uno una nota en el limpiaparabrisas invitando a llamar para vender.

Buen sistema, ¿no?

sábado, 10 de octubre de 2009

Patchi

Un breve paseo por el centro, Downtown, de Beirut es un resumen de las virtudes y vicios del Líbano: Tráfico estruendoso, restaurantes con platos suculentos, edificios amortizados por la historia, torres de Babel en construcción, amables ciudadanos fumando en arguilles... y luego está Patchi.

Los padres de mi prometida libanesa Sisso nos habían pedido que aprovecháramos nuestro paseo sabatino por el centro y compráramos chocolates en Patchi para agradecer las numerosas visitas que sin duda se pasarán por la casa para felicitar a los futuros esposos.

Contando en mi pasado con la experiencia de haber residido en Bruselas, no aprecié la importancia del evento... haste que crucé el umbral de la puerta de Patchi y me di cuenta de que esta chocolatería no jugaba en la misma liga que Leonidas, Godivas o Neuhaus, ni en la de Chocolaterias Valor.

Patchi es uno de los juguetes del gusto por la ostentación de la sociedad beirutí. En sus 5 plantas se pueden elegir chocolates expuestos como joyas, lacitos, papeles e incluso joyas para decorar cada pieza, fuentes y cajas. Para facilitar la elección, un asesor comercial ofrece un servicio personalizado desde la entrada hasta la salida.

Naturalmente sobra decir que el precio de los chocolates de Patchi incluyen los servicios del asesor, el coste del alquiler de los 5 pisos y toda la parafernalia joyera. Y sin embargo, me atrevería a recomendar una visita a Patchi en el circuito turistico del centro de Beirut al igual que Harrods no falta en el de Londres.