sábado, 10 de octubre de 2009

Patchi

Un breve paseo por el centro, Downtown, de Beirut es un resumen de las virtudes y vicios del Líbano: Tráfico estruendoso, restaurantes con platos suculentos, edificios amortizados por la historia, torres de Babel en construcción, amables ciudadanos fumando en arguilles... y luego está Patchi.

Los padres de mi prometida libanesa Sisso nos habían pedido que aprovecháramos nuestro paseo sabatino por el centro y compráramos chocolates en Patchi para agradecer las numerosas visitas que sin duda se pasarán por la casa para felicitar a los futuros esposos.

Contando en mi pasado con la experiencia de haber residido en Bruselas, no aprecié la importancia del evento... haste que crucé el umbral de la puerta de Patchi y me di cuenta de que esta chocolatería no jugaba en la misma liga que Leonidas, Godivas o Neuhaus, ni en la de Chocolaterias Valor.

Patchi es uno de los juguetes del gusto por la ostentación de la sociedad beirutí. En sus 5 plantas se pueden elegir chocolates expuestos como joyas, lacitos, papeles e incluso joyas para decorar cada pieza, fuentes y cajas. Para facilitar la elección, un asesor comercial ofrece un servicio personalizado desde la entrada hasta la salida.

Naturalmente sobra decir que el precio de los chocolates de Patchi incluyen los servicios del asesor, el coste del alquiler de los 5 pisos y toda la parafernalia joyera. Y sin embargo, me atrevería a recomendar una visita a Patchi en el circuito turistico del centro de Beirut al igual que Harrods no falta en el de Londres.

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